En el 2018 estaba en mi peor momento emocional y monetario. Con las cuentas en rojo empecé un plan de trabajo diferente, algo que no había hecho antes y no sabía si funcionaría. Así como al principio de estos maravillosos años de trabajar con redes sociales, decidí arriesgarlo todo y comenzar una nueva etapa en mi vida.
Lo que me pasaba en ese momento no era yo, tampoco me definía, solo eran circunstancias. Y en mi mente solo resonaba: El que no arriesga no gana. Hoy puedo decirte que, si sientes que has fracasado, que estás estancando, tranquilo. Tu vida aún no acaba, nuevas oportunidades llegan cada día y que el único fracaso real es no intentarlo.
Lánzate una vez más, apuesta por ese proyecto que ha estado robándote el sueño por tanto tiempo. Cada día que pasa es una oportunidad que Dios te da para comenzar. Si no lo intentas ¿Cómo sabes que no funcionará? El secreto está en hacerlo y si tienes miedo ¡Hazlo con miedo!
Intenta, arriesga, confía y hazlo.
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